Cuando la izquierda se convierte en parte del problema

Aurelio Martín | Cuando la izquierda no es parte de la solución se convierte en parte del problema. En nuestra ciudad lo sabemos bien. El nuevo intento para acabar con las políticas de recorte y ajuste en el Ayuntamiento de Gijón/Xixón ha vuelto a evidenciar cómo una parte de la izquierda permanece inmóvil, volviendo a reproducir los errores de 2015, empeñada en que la lógica de la competición electoral debe regir la relación entre los partidos de la izquierda local estemos o no en período de elecciones. Yo niego la mayor: o la izquierda es capaz de colaborar o no es izquierda porque su capacidad para transformar la realidad queda limitada a la voluntad o la necesidad de una derecha en minoría de integrar sus propuestas políticas. 

En 2015 se inició en Gijón/Xixón un período excepcional del que aún no hemos sido capaces de salir. Y quizá lo peor de todo sea comprobar cómo desde entonces no hemos aprendido nada. Porque si no somos capaces hoy de establecer marcos de colaboración para impulsar un programa de cambio tras siete largos años de gobierno de la derecha en la ciudad, nada indica que algunos vayan a ser capaces de hacerlo en 2019. Lo que ha sido posible en decenas de ciudades de todo el Estado con una representación política de la izquierda similar a la de nuestra ciudad no ha sido posible en Gijón/Xixón. Una anomalía que yo sigo sin ser capaz de entender. 

Pasado el período electoral, el adversario de la izquierda es la derecha, y la lógica de la competición ha de dejar paso a la práctica de la colaboración, que ha de pilotar en torno a dos condiciones: el respeto a la autonomía de las organizaciones políticas y el acuerdo en torno a las propuestas programáticas. Dicho de otra manera: pasadas las elecciones, los partidos han de ponerse de acuerdo en el para qué, porque el para quién ya lo han decidido las ciudadanas y los ciudadanos con sus votos. Si compartimos el diagnóstico y alcanzamos un punto de acuerdo en el programa de un gobierno de desbloqueo de la ciudad está todo hecho. Porque se trata de eso: de compartir un modelo de ciudad que no será el del PSOE, el de Xixón Sí Puede o el de Izquierda Unida, será el de una mayoría política y social de izquierdas mestiza y plural, que siempre tendrá más en común que con el modelo de cualquier derecha. 

El paso de Foro por el Gobierno de la ciudad deja un Gijón/Xixón peor, que ha retrocedido años en el desarrollo de políticas y servicios públicos, que ha desmantelado la estructura y la organización de la administración municipal, y que ha modificado el modelo de ciudad integradora, solidaria, innovadora y pública que ha caracterizado siempre a nuestra villa. Acabar hoy con un Gobierno que agoniza, y no arrastrar a la ciudad en su agonía, depende de que seamos capaces de abandonar el sectarismo y el insulto como forma de relación con el otro, de superar traumas pasados y de mirar al futuro. Porque es allí donde mañana o en 2019 nos vamos a encontrar. Gijón/Xixón no puede esperar más. Y la izquierda no puede seguir siendo parte del problema. IU ni lo es ni lo será.