Syriza y la democracia secuestrada

La Nueva España 17/01/15
Artículo de opinión – Marcos Muñiz Torre, Coordinador Xeneral d’Izquierda Xunida de Xixón
En pocos días se van a celebrar en Grecia unas elecciones que están centrando el interés de toda Europa, y de una gran parte del resto del planeta. Ya es un hecho extraño en sí mismo que se le dediquen horas y horas de debates, análisis y todo tipo de conjeturas a un resultado electoral de un pequeño país con poco más de 11 millones de habitantes y una influencia económica relativamente pequeña dentro de lo que es la Unión Europea.
Pero quizás sea que lo que se esta jugando en Grecia va mucho más allá de lo que es un proceso electoral al uso. La cuestión es que de nuevo se vuelve a poner en evidencia la contradicción irrefutable entre capitalismo y democracia, y es que es imposible pensar lo contrario cuando se observa de nuevo las presiones y amenazas que se están lanzando sobre el pueblo griego, en caso de que opte con libertad por una opción que no sea la que le interesa al poder financiero.
Es increíble la desfachatez de los mismos que están condenando a los pueblos del sur de Europa a recortes sociales y laborales y al destrozo de los servicios públicos esenciales, digan a esos mismos pueblos que si no votan a los que aceptando sumisamente esos mandatos agreden a los ciudadanos y ciudadanas de sus respectivos países, se abrirá el infierno bajo sus pies.
Quizás una gran parte de la ciudadanía griega considere que ese infierno lleva ya muchos años abierto, y tiene forma de reducciones drásticas en las pensiones, despidos masivos de empleados públicos, deterioro de los servicios sanitarios, educativo y de atención social, niveles incontrolados de desempleo y precariedad laboral, que se traduce en sufrimiento, perdida de salud y también en un alarmante incremento de las tasas de suicidio en el país heleno desde que comenzó la política de recortes.
Syriza es una fuerza política hermanada desde hace años con Izquierda Unida y con la que compartimos grupo en el parlamento europeo. Ambas organizaciones políticas estamos realizando propuestas racionales y sensatas: auditoría de la deuda externa para pagar solamente aquella parte justa y no especulativa, cosa que por cierto hicieron las potencias occidentales con Alemania en 1952 y fue la clave del renacimiento económico de un país arrasado por la locura nazi, potenciación de una banca pública, nacionalización de servicios básicos para las personas como la luz, gas y agua, lucha contra el fraude fiscal y reordenación del sistema de impuestos para gravar a los que más tienen…
En este escenario es inmoral presionar a una ciudadanía para robarle hasta la propia esperanza de que otra manera de hacer las cosas es posible, y hoy por hoy en Grecia la esperanza se llama Syriza. Porque además si en Grecia se abre la puerta a otra manera de gobernar en función de los intereses de la ciudadanía y no de los mercados financieros, en las siguientes elecciones será en nuestro país donde nos toque decir “basta”.
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